Dimensión Humanista
Antes de concluir con este capítulo histórico, conviene resaltar que la biblioteca ideada por Felipe II no había de componerse exclusivamente de libros, sino que, respondiendo al concepto humanístico de la época, tendría cabida en ella cuanto pudiese contribuir a ampliar o ilustrar la gama de conocimientos.
Así se lo había sugerido Juan Páez de Castro en el "Memorial" a él dirigido: "El ornato de esta primera sala serán retratos de santos doctores, sacados al propio de retablos antiguos de la Roma y de pintores griegos, y juntamente de los otros sabios principales, conforme a las estatuas antiguas y medallas y a lo que de ellos y sus acciones se escribe en sus vidas".
De la misma opinión era Arias Montanto, pues, cuando, llamado por Felipe II, llegó por primera vez a El Escorial en marzo de 1577, para "visitar, expurgar y ordenar la librería Real de San Lorenzo" - que entonces aún se encontraba en una sala provisional- "dio orden de que se pusiesen en la librería estatuas romanas y retratos de sumos pontífices y emperadores y reyes y de personas doctas"
Al lado de los libros, por tanto, debía haber en la biblioteca retratos que ofrecieran a la vista la imagen de los hombres ilustres que los escribieron, así como grabados y dibujos, aparatos geográficos, como mapas, esferas, astrolabios, instrumentos matemáticos y científicos, monetario, reproducciones de la fauna y flora, etc.; en una palabra, biblioteca, museo y laboratorio, que había de ocupar la parte más noble del edificio. Así nos lo cuenta Fray José de Sigüenza en su escrito sobre la Fundación del Monasterio del Escorial:
"Está dividida esta librería en tres piezas principales. La mayor y la más noble atraviesa de Norte a Mediodía, que no viene mal con el consejo de Vitruvio, teniendo la luz de la mañana, tan importante al estudio, y la de la tarde, cuando ya se puede tornar a los libros, gastada la comida que estorba, y puertas en los mismos testeros para entrar en ella, de parte del convento y del colegio, y asentada, como dije, encima del zaguán y puerta principal de toda la casa. De suerte que está entre las dos fachadas, la de fuera y la de dentro, que mira a la de la iglesia".